5 mar 2013

LECCIÓN 64


No dejes que me olvide de mi función.

1. La idea de hoy es simplemente otra manera de decir: "No me dejes caer en la tentación".
2 El propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella.
3 Es asimismo la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia física.
4 Esto es lo que los ojos del cuerpo ven.

2. Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí.
2 Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito.
3 Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados.
4 De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.

3. Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquí es ser la luz del mundo, y que es una función que Dios Mismo te dio.
2 La arrogancia del ego es lo único que te hace poner esto en duda, y el miedo del ego lo único que te induce a considerarte a ti mismo indigno de la tarea que Dios Mismo te encomendó.
3 La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de toda tentación.
4 El Hijo de Dios eres tú.

4. Sólo desempeñando la función que Dios te dio podrás ser feliz.
2 Esto se debe a que tu función es ser feliz valiéndote de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable.
3 No hay otra manera.
4 Por lo tanto, cada vez que eliges entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz o no serlo. 

5. Recordemos esto hoy.
2 Tengámoslo presente por la mañana, por la noche, y también a lo largo del día.
3 Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar hoy, recordando que todas ellas  son en realidad muy simples.
4 Cada una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad.
5 ¿Puede ser acaso difícil tomar una decisión tan simple?
6 No permitas que la forma de la decisión te engañe.
7 Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo relativo al contenido.
8 Es imposible que el contenido de cualquier decisión aquí en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta simple elección.
9 Ésta es la única elección que el Espíritu Santo ve.
10 Por lo tanto, es la única elección que existe.

6. Practiquemos hoy, pues, con estos pensamientos: 
2No dejes que me olvide de mi función.
3No dejes que trate de sustituir la que Dios me dio por la mía.
4Déjame perdonar y ser feliz.
5Por lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de esto con los ojos cerrados.
6 Pensamientos afines acudirán en tu ayuda si recuerdas cuán crucial es tu función para ti y para el mundo.

7. En las aplicaciones frecuentes de la idea de hoy a lo largo del día, dedica varios minutos a repasar estos pensamientos y luego a pensar en ellos y en nada más.
2 Esto te resultará difícil, sobre todo al principio, ya que aún no tienes la disciplina mental que ello requiere.
3 Tal vez necesites repetir: "No dejes que me olvide de mi función" con bastante frecuencia para que te ayude a concentrarte.

8. Hoy se requieren dos variaciones de las sesiones de práctica más cortas.
2 Haz los ejercicios con los ojos cerrados algunas veces, tratando de concentrarte en los pensamientos que estés usando.
3 En otras, mantén los ojos abiertos una vez que hayas repasado los pensamientos, y luego mira a tu alrededor lenta e imparcialmente, repitiendo para tus adentros:
4 Éste es el mundo que es mi función salvar.


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Toda mi vida he tomado decisiones basadas en objetivos concretos, a corto, medio o largo plazo, como si de mi decisión dependiesen los resultados, como si al decidir, forjase mi destino.
Ahora entiendo que el destino no existe (al menos como yo lo entendía), que todo es energía que fluye y refluye. En este mar de energía (Amor) sólo existe el pensamiento, y este crea constantemente. Ahora hemos creado el tiempo y el espacio, dentro de él caben los cuerpos y las circunstancias, pero nada es real, es tan solo un pensamiento colapsado. Despertar de este sueño, trascender este pensamiento, es nuestra misión, mi misión.

Para trascender este sueño desde dentro del sueño, no puedo despertar sin más, debo tomar la conciencia de estar soñando para poder tomar la decisión de despertar. Sueño que soy un cuerpo y que vivo separado de los demás cuerpos, que tengo cosas que atender imprescindibles para el cuerpo. Mi mente se pone al servicio del cuerpo y se convierte en Ego. De esta manera todo es tremendamente real, indiscutible, absoluto... Pero algo falla... Hago todo lo que se considera que debo hacer, en todo momento, pero no amo en todo momento, no soy feliz en todo momento... Algo falla.

Es este fallo en el sistema el que enciende la primera luz de alerta; ¿Y si las cosas no son como las percibo?. Entonces es cuando puedo empezar a tomar conciencia de que estoy inmerso en un sueño, pues aunque todo parece coherente y razonable, los resultados son inciertos.

Miro ahora hacia otro lado, con otros ojos, y compruebo (experimento) que más allá de la forma, detrás de los objetivos que antes consideraba finales, existe una única luz, una única meta y un único camino para llegar a ella.

No hay forma de avanzar sin mirar hacia adelante, porque entonces todo son tropiezos. Trascender la forma, lo vanal, las circunstancias puntuales, y mirar hacia adelante y hacia arriba. Tomar conciencia de la importancia de esta decisión, dejarse llevar (fluir) con los hechos y sentirse uno con todo lo que me rodea, pues todo es un único pensamiento.

Así voy despertando suavemente.



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