14 mar 2013

LECCIÓN 73


Mi voluntad es que haya luz.

1. Hoy vamos a examinar la voluntad que compartes con Dios.
2 Dicha voluntad no es lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada.
3 La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la creación.
4 Los vanos deseos del ego no se pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder alguno.
5 Sus deseos no son infructuosos en el sentido de que pueden dar lugar a un mundo de ilusiones en el cual puedes llegar a creer ciegamente.
6 Desde el punto de vista de la creación, no obstante, son ciertamente infructuosos, pues no dan lugar a nada que sea real.

2. Los vanos deseos y los resentimientos son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves.
2 Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos -los cuales son indispensables para sustentar este mundo- lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén "justificados".
3 Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos.
4 Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos.
5 Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser. 

3. Pierdes conciencia de tu voluntad en esta extraña transacción en la que la culpabilidad se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio.
2 ¿Cómo iba a haber podido crear la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre semejante mundo?
3 ¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo?
4 La creación es la Voluntad conjunta de Ambos.
5 ¿Cómo iba Dios a crear un mundo que pudiese destruirlo a Él?

4. Hoy trataremos una vez más de ponernos en contacto con el mundo que está acorde con tu voluntad.
2 La luz está en él porque no se opone a la Voluntad de Dios.
3 No es el Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él.
4 Las tinieblas han desaparecido, al igual que los vanos deseos del ego.
5 Sin embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es un reflejo de tu voluntad.
6 Por lo tanto, es dentro de ti donde la buscaremos.

5. Tu imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti.
2 Ni la fuente de la luz ni la de la oscuridad pueden encontrarse fuera de ti.
3 Tus resentimientos nublan tu mente, y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso.
4 El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz.
5 Hemos subrayado repetidas veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos, y que ésta no puede interponerse entre tu salvación y tú.
6 La razón es muy simple.
7 ¿Quieres realmente estar en el infierno? 8¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?

6. Olvídate de los argumentos del ego que tratan de probar que todo eso es realmente el Cielo.
2 Tú bien sabes que no lo es.
3 Eso no puede ser lo que tú deseas para ti mismo.
4 Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden pasar.
5 El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que realmente deseas.
6 Eso es lo que en verdad es tu voluntad.
7 Y por ende, la salvación es asimismo tu voluntad.
8 Tú quieres tener éxito en lo que nos proponemos hacer hoy.
9 Así que lo emprendemos con tu bendición y grata conformidad.

7. Tendremos éxito hoy si recuerdas que lo que quieres para ti es la salvación.
2 Quieres aceptar el plan de Dios porque eres parte integrante de él.
3 No tienes ninguna voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan, ni tampoco es ése tu deseo.
4 La salvación es para ti.
5 Por encima de todo, quieres tener la libertad de recordar quién eres realmente.
6 Hoy es el ego el que se encuentra impotente ante tu voluntad.
7 Tu voluntad es libre, y nada puede prevalecer contra ella.

8. Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu voluntad recordar.
2 Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza.
3 Deja que hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno al Cielo.

9. Comenzaremos nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación, y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad.
2 No es el propósito de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad.
3 Es el único propósito aquí con el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo.
4 Triunfarás hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos.
5 Su voluntad queda ahora reinstaurada en su conciencia.
6 Él está dispuesto hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a salvarse.

10. Después que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila certeza:
2 Mi voluntad es que haya luz. 
3 Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la mía.
4 Deja entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al poder de Dios y en unión con tu Ser.
5 Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección.
6 Únete a Ellos que te señalan el camino. 

11. En las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas.
2 Di:
3 Mi voluntad es que haya luz.
4 La oscuridad no es mi voluntad. 
5 Debes repetir esto varias veces por hora.
6 Es de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento.
7 Esto te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos en la oscuridad.

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