6 feb 2013

LECCIÓN 37


Mi santidad bendice al mundo.

1. Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquí.
2 Tu propósito es ver el mundo a través de tu propia santidad.
3 De este modo, tú y el mundo sois bendecidos juntos.
4 Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a través de tu santa visión.
5 Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido.
6 Y él tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de Dios.

2. No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del pensamiento del mundo.
2 Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague.
3 Como resultado de ello, el que percibe sale perdiendo.
4 Y no tiene ni idea de por qué está perdiendo.
5 Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su conciencia a través de tu visión.
6 Tu santidad le bendice al no exigir nada de él.
7 Los que se consideran a sí mismos completos no exigen nada.

3. Tu santidad es la salvación del mundo.
2 Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo.

4. Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas -las cuales han de tener una duración de tres a cinco minutos cada una- repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas:
2 Mi santidad bendice esta silla.
3 Mi santidad bendice esa ventana.
4 Mi santidad bendice este cuerpo.
5 Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo:
6 Mi santidad te bendice, [nombre].

5. Puedes continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo y aplicar la idea a tu mundo exterior si así lo deseas; puedes alternar entre aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que prefieras de estas dos clases de aplicación.
2 La sesión de práctica debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos.

6. Los ejercicios más cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas.
2 Resulta particularmente útil aplicarla en silencio a todas las personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo.
3 Es esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacción adversa en ti.
4 Ofrécele la bendición de tu santidad de inmediato, para que así puedas aprender a conservarla en tu conciencia.


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Santidad es la cualidad del santo, y según La Real Academia:

Santo: Perfecto y libre de toda culpa.

(Perfecto: Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.)

No me siento un santo, por lo que estos ejercicios que tratan sobre mi santidad, los hago con reservas. Entiendo que es una nueva y sutil resistencia del ego, puesto que UCDM no habla de mi yo-ego, sino de mi Yo como parte de Dios, el Yo original.


Soy una célula en un cuerpo, contengo toda la información del propio cuerpo, sin mi el Todo no estaría completo. Cumplir mi función es la labor que tengo encomendada.

Todos son iguales a mi, su labor, al igual que la mía, es fundamental para el correcto funcionamiento de todo el cuerpo. Mi comportamiento físico y mental induce a los que me rodean a cambiar su propio comportamiento, al igual que el suyo influye en el mio.

Soy consciente de esta responsabilidad y actúo en consecuencia.


Este ejercicio me invita a reflexionar sobre mi poder creativo ante el mundo, la decisión de actuar con cordura o dejarme llevar por la locura del ego. Observo la resistencia del ego, mi voluntad es comprender y amar cada situación, cada persona, pero ante la más mínima oposición la mente vuelve a los patrones de conducta viejos, las conexiones neuronales trazadas a lo largo de los años se resisten a ceder.


Los ejercicios están creando nuevas conexiones, nuevas maneras de sentir la realidad. Cada día avanzo un poco más, van tomando fuerza los nuevos patrones y me es más fácil responder a las circunstancias desde los nuevos valores.


Acepto que "soy perfecto y estoy libre de toda culpa" porque acepto que todos los demás están en la misma situación. De esta manera elimino cualquier juicio y sólo puedo ver en ellos, y en mi, las circunstancias temporales, el papel que cada uno juega en esta película. Desde la nueva visión también puedo ver al actor que representa al personaje, haciendo un trabajo impecable.

Me libero de la culpa al saber que estoy interpretando un papel, mientras no reconozca sinceramente esta verdad y crea ser sólo el personaje, arrastraré la culpa de sus acciones, los miedos de su incertidumbre. No podré entender el ataque de los otros personajes y las circunstancias como lo que realmente son, un guión perfecto en el que todo está previsto y tiene sentido.

Mi santidad bendice al mundo porque acepto todo tal como es, acepto su función aun estando lejos de poder entenderlo.





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